HERPETOFAUNA DE GUANAJUATO: UN ANÁLISIS HISTÓRICO Y CONTEMPORÁNEO DE SU CONOCIMIENTO
Adrian Leyte-Manrique, Efrén M. Hernández Navarro y Luis A. Escobedo-Morales

 

Estación Biológica, Departamento de Biología, Instituto Tecnológico Superior de Irapuato, Carretera Irapuato-Silao, Km. 12.5 s/n. C.P. 36821, El Copal, Irapuato, Guanajuato, México. E-mail: aleyteman@gmail.com

Resumen: En este trabajo, nosotros presentamos una reseña histórica y contemporánea referente al desarrollo de los estudios enfocados al conocimiento de los anfibios y reptiles para el estado de Guanajuato. Así mismo, incluimos 10 trabajos que en los últimos años han contribuido al incremento de los estudios herpetofaunísticos para el estado. Sin embargo, hacemos notar que si bien se ha generado información de los herpetozoos a nivel estatal, aún falta incrementar los trabajos herpetofaunísticos y listas anotadas, mismos que den la pauta para tener una representación actual y a escala nacional de la herpetofauna guanajuatense.

Abstract: In this paper, we present a historical and contemporary review regarding the development of the studies focused on the knowledge of amphibians and reptiles for the state of Guanajuato. Also, we include 10 works recent years have contributed to the increase in herpetofaunistics studies for the state. However, we note that although there have been generating information herpetozoos statewide herpetofaunistics yet to increase jobs and checklist, giving the same pattern for a current representation an national scale of the guanajuatense herpetofauna.
Palabras clave: Herpetofuana, Guanajuato, México
Key words: Herpetofauna, Guanajuato, Mexico

 

México, es un país con una gran riqueza, no sólo desde el punto de vista biológico, sino también paisajístico, ya que en su territorio se amalgaman una variedad de climas, ambientes y accidentada topografía, lo que permite a nuestro país su extraordinaria diversidad florística y faunística (Flores-Villela y Gerez, 1994; Morrone ,2001; Espinosa et al., 2000). Al respecto, México ocupa uno de los 12 primeros lugares a nivel mundial en cuanto a lo que se refiere a riqueza de especies, lo que le confiere la categoría de megadiverso (Espinosa et al., 2000). Sin embargo, este conocimiento no ha sido una tarea fácil, ni se ha completado aun, dado que se siguen registrando nuevas especies. Incrementando con ello, los números y expectativas de continuar con el descubrimiento y conocimiento sistemático de nuestra fauna nacional, sea el caso de los anfibios y reptiles de México (Ramírez-Bautista et al., 2009). Situación que se puede vislumbrar en las especies de anfibios y reptiles presentes en el territorio nacional, que a la fecha para ambos grupos de vertebrados se registran, aproximadamente 1165 (361 anfibios y 804 reptiles), es decir, el 10 % de las especies a nivel mundial (Flores-Villela y Canseco-Márquez, 2004), y en las que su conocimiento e incremento ha sido dinámico y persistente, a partir de los años 70´s, y a la fecha (Flores-Villela, 1993; Ramírez-Bautista et al., 2006, 2009; Canseco-Márquez y Gutiérrez-Mayén, 2010; Cruz-Elizalde y Ramírez-Bautista, 2012).


Sin embargo, existen regiones y estados de nuestro país en los que el conocimiento no ha sido equitativo ni persistente, desconociéndose de manera general su herpetofauna, así el estado de conservación que guarden sus poblaciones (Ramírez-Bautista et al., 2006; Vite-Silva et al., 2010), como es el caso del estado de Guanajuato. Si bien e históricamente, en él se llevan a cabo los primeros registros para anfibios y reptiles (Flores-Villela, 1993a, b), y se describen aspectos importantes de su historia natural por el hoy llamado padre de la Herpetología en México, el francés, Dr. Alfred Dugès (Mendoza-Quijano et al., 2001; Reynoso et al., 2012), la herpetofauna guanajuatense no es conocida en su mayoría, ni está representada a escala nacional en las colecciones científicas (Campos-Rodríguez et al., 2009), o dicho en otras palabras, se desconoce la riqueza de los anfibios y reptiles del estado. En este sentido, los pocos trabajos relacioandos a estos vertebrados (posteriores a la muerte del Dr. Dugès) fueron llevados a cabo por herpetólogos o investigadores que no eran de la entidad, como los estadounidense; Smith y Taylor, o el maestro Fernando Mendoza-Quijano y colaboradores en el 2001, quienes llevan a cabo un estudio sobre la herpetofauna en Sierra de Santa Rosa. Sea el caso, extranjeros o connacionales, la labor de estos herpetólogos se puede considerar el preludio y punta de lanza para que otros investigadores se interesaran por la herpetofauna estatal-proceso que ha sido lento pero con un incremento paulatino que recíprocamente genera nuevas expectativas en el reconocimiento de los anfibios y reptiles como elementos importantes de la diversidad biológica del estado-principalmente, investigadores de origen guanajuatense (Hernández-Arciga, 2013). De esta manera, la efervescencia actual en el estudio de los anfibios y reptiles que se ha empezado a generar en el estado, no es algo exclusivo para estos dos grupos biológicos, sino que trasciende a la necesidad en el reconocimiento de la biodiversidad estatal; extendiéndose a otros grupos de vertebrados, entre los que destacan: peces, aves y mamíferos (CONABIO e IEE, 2012).


Ante lo expuesto, Guanajuato se vislumbra potencialmente y en términos del conocimiento sobre su herpetofauna, como un estado rico, herpofaunísticamente hablando. Por lo que el incremento en el conocimiento de las especies de anfibios y reptiles en Guanajuato contribuirá en un futuro a conocer aspectos puntuales de su distribución, ecología, reproducción e historia natural en general. Además la generación de nuevos listados herpetofaunísticos ayudara a complementar y/o bien, actualizar los listados para la entidad y con especial énfasis, en sus Áreas Naturales Protegidas. Así como a la planificación de estrategias de preservación, conservación y manejo de los anfibios y reptiles guanajuatenses que sean ad hoc, a la dinámica socio-cultural y económica que vive hoy en día Guanajuato. Por lo tanto, el objetivo del presente trabajo es dar a conocer cuál ha sido el desarrollo y conocimiento histórico y actual de la herpetología y de los estudios herpetofaunísticos en el estado. Así como una reflexión de las expectativas futuras en cuanto al quehacer científico en la generación del conocimiento para estos dos grupos de vertebrados. Finalmente, cabe mencionar que el presente trabajo contempla dos temas generales: 1- Reseña histórica de la herpetología en México y Guanajuato, en el cual se exponen los avances y desarrollo de esta disciplina de la zoología en nuestro país, resaltando los acontecimientos más sobresalientes de la herpetología en México, desde un contexto histórico nacional y estatal; y 2- Situación actual sobre la generación en el conocimiento de los anfibios y reptiles en la entidad, durante los últimos 12 años-llevando acabo para ello, una recopilación de estudios enfocados al conocimiento de la herpetofauna estatal-así como del avance y representación de los herpetozoos como elementos importantes de la biodiversidad dentro del estado. Mismos que son el punto de partida para el reconocimiento de la herpetofauna guanajuatense, y desarrollo de estudios puntuales en temas de ecología, distribución, reproducción, sistemática y conservación dirigidos a estos grupos de vertebrados a un futuro próximo, y con la finalidad de incrementar el conocimiento en estas líneas de investigación dentro del estado.

 

Breve reseña histórica de la herpetología en México y Guanajuato
La Herpetología desde el contexto histórico nacional

México, históricamente es y ha sido reconocido como un país rico tanto en tradiciones como en costumbres, así como en recursos paisajísticos y biológicos que forman parte de nuestra identidad y riqueza nacional (Flores-Villela, 1993b; Flores-Villela y Gerez, 1994). Hecho mencionado ya en las crónicas de Hernández (1571; [cronista y naturalista español; La naturaleza de las cosas]), al hablar sobre el conocimiento que culturas como la azteca tenían de sus recursos biológicos (flora y fauna). Mismos que formaban parte de sus costumbres y entorno cotidiano (Casas-Andreu, 2000) y en este caso, vertebrados como los anfibios y reptiles no son la excepción, puesto que su importancia quedo plasmada en códices, murales, construcciones y aspectos religiosos y socio-económicos de los antiguas culturas de México (Flores-Villela, 1993b).


En este contexto, el conocimiento empírico que tenían sobre lo anfibios y reptiles pueblos como el de los aztecas, ayudo a que reconocieran o denominaran especies a partir de su forma (Flores-Villela y Nieto, 1989), sus usos que daban a estas (principalmente medicinal; Casas-Andreu, 2000), o de lo que veían de estos en la naturaleza (Por ejemplo; su forma u aspecto, lugar donde vivían [acuáticos o terrestres], hábitos, y si estos eran peligrosos o no; es decir, lo que podríamos llamar actualmente aspectos de su historia natural, y que se sigue conservando en las famosas tradiciones folk de México (Flores-Villela, 1993; Casas-Andreu, 2000). Siendo un ejemplo de ello, la percepción y cosmovisión etnoherpetofaunística de pueblos como los Otomíes, Nahuas y Tepehuas del estado de Hidalgo sobre los anfibios y reptiles; pudiendo reconocer y diferenciarlos, según su forma, peligrosidad y usos (Penguilly-Macías et al., 2010). Aunado a esto, debe considerarse que la mayoría de los nombres comunes con que se conoce a las especies de anfibios y reptiles-hoy en día-provienen de vocablos derivados de lenguas como el náhuatl (Flores-Villela y Nieto, 1989).


Ante este escenario histórico, la herpetología en México puede dividir en tres etapas, considerando para ello la estructuración del conocimiento y transmisión de este a partir de un contexto temporal y espacial. Siendo estas etapas: 1- Preclásica (1521, y antes de la segunda mitad del siglo XIX; Cuadro 1). Incluye el conocimiento de los anfibios y reptiles en México a la llegada de los españoles al territorio nacional, época colonial, y a finales del siglo XIX con las exploraciones de naturalistas; principalmente de origen europeo (Flores-Villela y Nieto, 1989). En los que los trabajos descriptivos-de historia natural- y de clasificación se hacen patentes. Ejemplo de ello, el trabajo desarrollado por el naturalista español Francisco Hernández, quien contribuyo significativamente al avance de la zoología en México. Realizando los primeros trabajos que pueden considerarse de orden herpetológico, refiriendo estos en especial a los anfibios y reptiles; como lo expresa en su obra Tratados Tercero y Quinto; alusivos a la Historia de los reptiles de la Nueva España (Casas Andreu, 2004). Sin duda, la obra de Hernández es una fuente de inspiración tanto para herpetólogos nacionales (naturalista francés radicado y nacionalizado mexicano) como el Dr. Alfredo Dugès, así como para extranjeros, entre los que se cuenta al zoólogo alemán A. F. A. Wiegmman, con su obra Herpetología mexicana; y a los estadounidenses H. Smith y H. Taylor, quienes años después retomarán a la luz, la obra de Dugès (Álvarez del Villar, 1984; Casas-Andreu, 2004).

 

 

Cuadro 1. Cronología resumida de la Herpetología en México en la que se muestran los eventos más sobresalientes en cuanto al desarrollo en el estudio de los anfibios y reptiles en nuestro país. Las obras señaladas con asteriscos, * y **, se consideran tributos a Francisco Hernández. Los números que aparecen como superíndice relacionan el autor y obra que realizo. NOTA. La Obra del Dr. Aurelio Ramírez Bautista y colaboradores, es un trabajo que contempla una compilación de estudios dirigidos al conocimiento de la Herpetofauna Mexicana, por ello, se le considera un trabajo importante y contemporáneo que contribuye al conocimiento de los anfibios y reptiles de México.


2- Clásica (1834-1966).
Esta etapa, involucra propiamente la contribución del naturalista francés-radicado en territorio nacional-Dr. Alfredo Dugès (1847, 1896; bien llamado Padre de la Herpetología en México) al conocimiento de algunos grupos de vertebrados, con especial énfasis en los anfibios y reptiles, de los cuales describe en conjunto alrededor de 57 especies entre ambos grupos biológicos (Mendoza-Quijano et al., 2001). En esta segunda etapa, se consideran también significativos los trabajos de Günther, Cope y Boucorti, contemporáneos de Dugès, y más tarde, se presentan las aportaciones de los estadounidenses Smith y Taylor; quienes realizan un trabajo sistemático para el reconocimiento de los anfibios y reptiles del territorio nacional. Ambos investigadores sientan las bases en el desarrollo de los estudios dirigidos al conocimiento de la diversidad de herpetozoos de México. Siendo su obra máxima “Herpetology of Mexico: Annoted checklist and keys to amphibians and reptiles”, una lectura obligada para todo herpetólogo, misma que sin duda contribuyo de manera significativa al avance en el conocimiento y representatividad a escala mundial de la herpetofauna nacional (Ver Cuadro 1).


3- Contemporánea (1970-2010)
, en la cual, la herpetología en México, toma su propio rumbo y se gesta a la luz de los trabajos pioneros de investigadores mexicanos como el Maestro Miguel Álvarez del Toro-gran conservacionista de la flora y fauna mexicana- quien trabajo principalmente en el sureste mexicano, y cuya obra Los reptiles de Chiapas (publicada en 1982), marca un precedente, al ser uno de los primeros y más importantes estudios herpetofaunísticos llevados a cabo por un investigador mexicano (Casas-Andreu, 2004). Siendo otro de los personajes ilustres en el estudio de los herpetozoos de nuestro país, el Dr. Gustavo Casas Andreu, catedrático e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (actualmente, labora en la Universidad Autónoma del Estado de México). El trabajo de Casas Andreu, contempla estudios enfocados a diversidad, ecología, reproducción, y biogeografía de los anfibios y reptiles para algunas regiones del país, en particular la zona del Valle de México, siendo dos de sus obras en el campo de la herpetofauna: 1- Casas y McCoy (1979), Anfibios y reptiles de México; y 2- Casas et al. (1991), ¿Cómo hacer una colección de anfibios y reptiles? En este contexto, cabe mencionar que las nuevas generaciones de herpetólogos mexicanos se ven influenciadas por los trabajos tanto de los estadounidenses Smith y Taylor, así como de él Dr. Casas Andreu (los tres investigadores colaboraron en trabajos conjuntos, y en la formación de recursos humanos a nivel de Posgrado).


A partir de ello, en nuestro país se da inicio al reconocimiento de la herpetofauna mexicana y se tienen avances en el campo de la herpetología. Siendo un aspecto fundamental a destacar, el hecho de que las investigaciones son realizadas por investigadores mexicanos. En un principio y en su mayoría, de la máxima casa de estudios de México, la Universidad Nacional Autónoma de México. En este sentido, la labor de Casas Andreu es fundamental para el desarrollo y consolidación de la herpetología en México. Por lo que se hace escuela de este investigador, siendo algunos de los investigadores líderes-actualmente en nuestro país-en el estudio de estos dos grupos de vertebrados y que se formaron bajo la tutela del primero: Dr. Oscar Flores Villela, Dr. Adrián Nieto Montes de Oca, Dr. Héctor Gadsden Esparza, Dr. Fausto Méndez de la Cruz, y el Dr. Aurelio Ramírez Bautista. También debe considerarse la aportación de herpetólogos como el Dr. Julio Lemos Espinal, Dra. Gabriela Parra, Dra. Miriam Benabib, el M en C. Fernando Mendoza Quijano, y el M en C. Seferino Uribe Peña, y otros muchos investigadores que han dedicado su vida al estudio de los anfibios y reptiles de México.


De esta manera y durante los últimos 40 años en nuestro país se observa un desarrollo exponencial en relación a las contribuciones que enriquecen el conocimiento de los anfibios y reptiles. En los que la dirección de las investigaciones comprende estudios enfocados a: Ecología, demografía, reproducción, desarrollo embrionario e histología, biología molecular, sistemática, evolución, biogeografía, filogeografía, etnoherpetofauna, biodiversidad y conservación (Ramírez-Bautista et al., 2006; Hernández-Salinas, 2009; Santiago-Pérez et al., 2012). Por lo que se puede decir que México es un país joven en cuanto al desarrollo del campo de la herpetología, comparado con países del viejo mundo, o bien, con nuestros vecinos del norte (Estados Unidos). Sin embargo, y herpofaunísticamente hablando, las investigaciones en estos campos antes mencionados han tenido un despegue excepcional, ya que a la fecha se sigue incrementando el conocimiento para los anfibios y reptiles, que va más allá del aspecto básico, teniéndose la posibilidad a aplicaciones reales. Además de que cada vez es mayor la aportación de nuevos listados herpetofaunísticos a escala local, regional, estatal y nacional (Ramírez-Bautista et al., 2010).

 

Herpetología en Guanajuato
La historia de la herpetología en México, se encuentra estrechamente ligada al francés naturalizado mexicano; Dr. Alfred Auguste Delsescautz Dugès, mejor conocido en nuestro país como Alfredo Dugès y/o bien, como el Padre de la Herpetología en México. Este investigador contribuyo significativamente al conocimiento de la diversidad biológica en el territorio nacional. Estudiando y describiendo nuevas especies tanto de plantas como animales (Arellano, 1952), y siendo enfáticos y aterrizando en el tema que nos compete. Su aportación fue amplia en lo que respecta al conocimiento sobre los anfibios y reptiles; mismo que se ve reflejado en su trabajo, y en obras tales como Reptiles y batracios de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en 1896; en donde se pone de manifiesto el interés particular del Dr. Dugés por el estudio de los herpetozoos. En este sentido, se podría decir que toma la batuta y lugar-en la generación del conocimiento para estos dos grupos de vertebrados-que dejara vació el naturalista Francisco Hernández (de origen español), e incluso, rinde homenaje a la obra de este autor al publicar su obra Francisco Hernández en el año de 1889 (Casas-Andreu, 2004).


El Dr. Alfredo Dugès tuvo el mérito de ser el primer mexicano (naturalizado) que dio inicio formal al estudio-de orden taxonómico y listados- de los anfibios y reptiles en el territorio nacional. Si bien es cierto, colaboro con herpetólogos contemporáneos de la talla de Drinker Cope y Marie-Firmin Bocourt, estos eran extranjeros. Siendo precisamente el estado de Guanajuato, la entidad del país en la que desarrolla su trabajo. Llevando a cabo la descripción de nuevas especies: Ambystoma velasci, Craugastor augusti, Adelophis copei, Hypsiglena jani y Sonora michoacanensis. En tanto otras más, le son dedicadas en reconocimiento a su trabajo: Plestiodon dugessi; Sceloporus dugessi, Diadhopis punctatus dugessi y Rena humilis dugessi (Reynoso et al., 2012). A la obra del Dr. Alfredo Dugès, se le atribuye el registro de aproximadamente 56 especies (12 anfibios y 44 reptiles; Mendoza-Quijano et al., 2001), para el estado de Guanajuato.


Por otra parte y a la muerte del Dr. Dugès en 1910, se da una pausa de aproximadamente 50 años en lo que respecta al estudio de los anfibios y reptiles del estado: No siendo hasta los trabajos de los estadounidenses Smith H., y Taylor H., en su obra: Herpetology of Mexico. Annoted checklist and keys to amphibians and reptiles, en la que se retoman los estudios para estos vertebrados. Estos autores indican que para el estado se cuenta con 59 especies (sólo tres más, que las registradas por Dugès) entre anfibios y reptiles (Mendoza-Quijano et al., 2001; Campos-Rodríguez et al., 2009). Para el 2001, Mendoza-Quijano y colaboradores, trabajan en Sierra de Santa Rosa, registrando para la zona un total de 31 especies (11 para anfibios y 20 para reptiles), siendo este trabajo fundamental, retomando con ello, el conocimiento de los anfibios y reptiles para Guanajuato (Ver Cuadro 2; expone y compara la herpetofauna guanajuatense registrada por cinco autores). Cabe mencionar que el trabajo del maestro Fernando Mendoza Quijano y colaboradores es de vital reconocimiento puesto que fue realizado por herpetólogos mexicanos y más aún, cuando el maestro Fernando fue uno de los herpetólogos influyentes en México, y que dedico su vida al estudio de los anfibios y reptiles. A partir de su estudio, los herpetólogos (principalmente de la entidad) retoman el interés en el conocimiento de los anfibios y reptiles para Guanajuato. Siendo en particular los trabajos que se han generado en los últimos casi 12 años-a la publicación de Anfibios y reptiles de la Sierra de Santa Rosa, Guanajuato: Cien años después de Dugès-dirigidos al conocimiento de la herpetofauna estatal. Mismos que se enmarcan en listados herpetofaunísticos y nuevos registros para algunas localidades dentro de la entidad guanajuatense, y con especial énfasis en las Áreas Naturales Protegidas del estado.

 

Cuadro 2. Se compara el número de especies de herpetozoos para Guanajuato por cinco autores. Trabajos que pueden considerarse como base en el estudio y conocimiento de los anfibios y reptiles en el estado. Tomado y modificado de Mendoza- Quijano et al. (2001).

 

Situación actual y perspectivas en el conocimiento de la herpetofauna en Guanajuato
Fisiografía de Guanajuato y diversidad faunística

Guanajuato, al igual que la mayor parte de los estados de la República Mexicana, es un estado rico en climas, ecosistemas y paisajes, así como en comunidades de plantas y animales (CONABIO e IEE, 2012). Esta riqueza de especies y paisajes, es sin duda consecuencia de su particular topografía, geología y accidentado relieve que son parte de un complejo escenario fisiográfico y en el que confluyen en la entidad, tres provincias fisiográficas: Faja Volcánica Transmexicana o Eje Neovolcánico, Sierra Madre Occidental y Alto Altiplano Central, mismas que se comprenden en la región de la Meseta Central (Ver Figura 1; tomado de Domínguez-Domínguez y Pérez-Ponce de León, 2009). Ello sin duda, le proporciona al estado una diversidad de especies de flora y fauna, permitiendo además, la presencia e intercambio de especies norteñas y sureñas, como producto de la intersección de dos provincias biogeográficas; la Neártica y Neotropical (Morrone, 2001).

 

Figura 1. Mapa que muestra las tres provincias fisiográficas que confluyen en el estado de Guanajuato. 1 = Sierra Madre Occidental, 2 = Alto Altiplano Central, y 4 = Faja Volcánica Transmexicana. Tomado de Domínguez-Domínguez y Pérez-Ponce de León (2009).

 


Por lo anterior, se puede esperar que Guanajuato sea un estado que cuente con especies de vertebrados de las cinco clases más representativas de este grupo: 1- Peces con 37 especies 2 y 3-Anfibios y reptiles con 102, 25/77, 2012), 4- Aves con 345, y 5- Mamíferos con 87 especies (CONABIO e IEE, 2012).

 

 

Estudios herpetofaunísticos
México es un país rico herpofaunísticamente hablando con un aproximado de 1165 especies conjuntamente para los anfibios (373) y reptiles (831), ocupando respectivamente, el tercero y primer lugar en herpetozoos a nivel mundial (Flores-Villela y Canseco-Márquez, 2004), pero debe considerarse que esas cifras pueden cambiar conforme se describan nuevas especies (Ramírez-Bautista et al., 2009). En este contexto, los resultados de los estudios dirigidos al conocimiento de la herpetofuana, se han visto reflejados en inventarios locales, estatales y regionales para el territorio nacional. Por medio de listados de especies que enriquecen el conocimiento de los anfibios y reptiles en cuanto a su riqueza se refiere (Vite-Silva et al., 2010; Cruz-Elizalde et al., 2012). En particular para el estado de Guanajuato, se considera la presencia de 102 especies entre anfibios (22) y reptiles (75; Reynoso et al., 2012), lo que representaría el 8.75 % de la herpetofauna a nivel nacional. Que comparada con otros estados-regiones y áreas del territorio nacional en la porción centro-norte-sur; como por ejemplo; Aguascalientes (55 especies; Vázquez-Díaz y Quintero-Díaz, 2005); Valle de México (69, 24/45; Ramírez-Bautista et al., 2009); Hidalgo (173 especies; 54 anfibios y 119 reptiles; Ramírez-Bautista et al., 2010); Valle de Tehuacán-Cuicatlán (117, 32/85; Canseco-Márquez y Gutiérrez-Mayén, 2010); y Sierra de Quila (69, 23/46; Santiago-Pérez et al., 2012)-puede considerarse bien representada. Sin embargo, deben tenerse consideraciones, ya que si bien, se maneja la cifra de 102 especies de herpetozoos para la entidad guanajuatense, esta cifra no es definitoria ni comprende la completitud del inventario herpetofaunísticos para el estado. Además de que los pocos estudios que se han venido desarrollando a los últimos casi 12 años, comprenden en su mayoría la porción centro del estado, y sólo dos en la porción noreste y sur (CONABIO e IEE, 2012).


Ante este panorama, debe hacerse una reflexión y análisis de las causas por las que los listados herpetofaunísticos para el estado hoy en día no abarquen la completitud del mismo. Siendo algunas de las causas, las siguientes: 1- Desinterés por parte de la propia comunidad científica, ello a pesar de que estos dos grupos de vertebrados son interesantes modelos de estudio en temas ecológicos, evolutivos, reproductivos y de la misma diversidad biológica, 2- Inaccesibilidad a algunos sitios de su distribución ecológica, o bien, desconocimiento de su presencia en comunidades vegetales importantes que aún se conservan en el estado, 3- Por la dificultad de encontrarlos en los pocos ambientes naturales que todavía se conservan (inalterables), dado que actualmente Guanajuato presenta uno de los mayores impactos a escala nacional sobre sus recursos naturales-flora, fauna y cuerpos de agua, principalmente-ello como consecuencia de actividades de tipo industrial y agrícola, llevadas a cabo en el estado (Mendoza-Quijano et al., 2001; Campos-Rodríguez et al., 2010), 4- Falta de recursos humanos e infraestructura adecuada dentro del propio estado, y 5-Falta de estrategias y cooperación de trabajo conjunto entre dependencias ambientales de gobierno y educativas (universidades y centros de investigación).


Sin embargo, y a pesar de los escollos en los últimos casi 12 años; biólogos y ecólogos dedicados al estudio de los anfibios y reptiles (herpetólogos) y procedentes de distintos centros de investigación y universidades. Así como de dependencias no gubernamentales, han puesto en marcha trabajos enfocados al conocimiento de la riqueza y diversidad de las especies para estos dos grupos de vertebrados. Es decir, se ha iniciado el reconocimiento sistemático de la herpetofauna estatal, siendo un ejemplo de ello, el volumen II de la obra intitulada Biodiversidad en Guanajuato (CONABIO e IEE, 2012). Poniendo de manifiesto no sólo el interés por los herpetozoos del estado sino también de la Biodiversidad en general, y reflejando además con ello, el esfuerzo y voluntad de las autoridades gubernamentales. Con lo que se da un reconocimiento a la valorización de los recursos naturales del estado y su importancia desde un marco conservacionista y acorde a un desarrollo sostenible. Al tratar de conciliar las actividades humanas y el entorno ambiental a partir del conocimiento de la diversidad biológica del estado.


Por otra parte, y en relación a los estudios herpetofaunísticos y listados estatales para Guanajuato, se puede decir que el primero que contempla un listado como tal, es Mendoza-Quijano et al. (2001) para Sierra de Santa Rosa. Registrando un total de 31 especies (11 anfibios y 20 reptiles). Posteriormente ello dio inicio a una serie de trabajos-en particular nuevos registros y listados parciales para algunas localidades del estado-que han contribuido al conocimiento de la herpetofauna de la entidad en los últimos años (Ver Figura 2). A manera de comentario personal, se incluye a Santa Rosa por considerarse el primer listado sistemático para la entidad, y en el caso de Sierra Gorda, si bien, alude a nuevos registros, se pone por la importancia del lugar como Reserva de la Biosfera.

 

Como se aprecia en la Figura 2, el mayor número de especies registradas (31; 11 anfibios, 20 reptiles), se tiene en Sierra de Santa Rosa, y el menor en Sierra Gorda (siete; tres anfibios y cuatro reptiles). Por otra parte la información que aquí presentamos sobre la herpetofauna estatal en estas 10 localidades, registra conjuntamente 59 especies (14 anfibios y 45 reptiles). Repartiéndose los anfibios en seis familias y nueve géneros, en tanto que los reptiles (lagartijas, 16 especies; serpientes, 27; tortugas, 2) en 11 familias y 26 géneros (Ver Cuadro 3). Las 59 especies que se indican en el presente trabajo, representan el 57.8 % de la herpetofauna estatal, que de acuerdo a Reynoso et al. (2012) es de 102 especies. En cuanto a la abundancia por grupo y para las 10 localidades, se observa que los anfibios presentan tan sólo 14 especies, cifra menor a la de los reptiles, que están representados por 45 especies. Esta diferencia en cuanto a especies para cada grupo, ya había sido reportada previamente para Guanajuato (Smith y Taylor, 1966; Mendoza-Quijano et al., 2001; Reynoso et al., 2012). Por otra parte, entre los reptiles los más abundantes fueron las serpientes con 27 especies en total, y de las cuales los representantes de la familia Colubridae fueron de las que más especies (21) aportan para las 10 localidades.


Figura 2. Muestra la herpetofauna de algunas localidades en Guanajuato. El número en el extremo superior indica la abundancia de especies para cada grupo y localidad.

 

De esta manera, se aprecia que en cuanto a diversidad de colúbridos se refiere, Guanajuato es una entidad con una alta riqueza de especies de esta familia (Ver Figura 3). Por lo que se puede decir que estos están bien representados en el estado. Además de que su distribución incluye varios tipos de ambientes y gradientes altitudinales. Esta riqueza, es muy probable que se incremente, conforme se reconozcan y se inventaríen más sitios. Haciendo énfasis a la zona norte, norte-oeste, y sureste-menos estudiadas.

Figura 3. Muestra la abundancia por clases para las 10 localidades en conjunto: a = abundancia de anfibios y reptiles, b = abundancia en reptiles: Lagartijas, Serpientes y Tortugas, y c = Abundancia de los colúbridos con respecto a otras familias de serpientes.

 

Por otra parte en lo que se refiere a los anfibios y a pesar del menor número de especies (14), y considerando los sitios en los que se llevaron a cabo los trabajos, se tiene una representatividad en su mayoría de las familias Hylidae y Ranidae (Ver Cuadro 3). En este contexto es conveniente señalar que la mayoría de los estudios que se abordan aquí, fueron dirigidos en la zona centro del estado, con excepción del de Sierra Gorda. Siendo precisamente en la región del centro, en la que mayor es la actividad agrícola e industrial (corredores industriales como los de la zona del Bajío) y por lo tanto, una de las más perturbada en Guanajuato (Mendoza-Quijano et al., 2001). Ante lo expuesto y basándonos en las contribución de los trabajos que aquí se consideran dentro de un marco actual y contemporáneo en el conocimiento de los estudios dirigidos a los inventarios herpetofaunísticos del estado de Guanajuato. Consideramos que las prioridades en el conocimiento de la herpetofauna estatal, deben basar sus estrategias de trabajo y alcances en un marco de investigación sólido que incluya los siguientes aspectos:


a-El reconocimiento, valorización e importancia de los anfibios y reptiles como elementos biológicos primordiales en las cadenas tróficas, como indicadores de buen estado de salud o de perturbación en el ambiente, y como de elementos culturales y de tipo socio-económico en las distintas regiones del estado.


b- Identificación de prioridades y sistematización en la dirección de los estudios herpetofaunísticos en las Áreas Naturales Protegidas del estado. Dado que estas son los últimos reductos-ambientalmente hablando-que reúnen las condiciones óptimas para el resguardo de las pozas genéticas de los anfibios y reptiles. Además de que su condición de laboratorios vivientes, permitirían abordar aspectos de índole ecológica, reproductiva, sistemática y evolutiva, así como de sus patrones de distribución entre otros. En particular en aquellas especies susceptibles a sufrir declinación en sus poblaciones, como por ejemplo, los anfibios y reptiles como las tortugas; dados sus hábitos y requerimientos fisiológicos asociados a cuerpos de agua. Por lo que la mejor alternativa, no consiste únicamente en el incremento de los inventarios o listas anotadas, sino también en monitorear permanente los cambios espacio temporales de las poblaciones de las especies, así los elementos ambientales y físico-químicos relacionados a estos. Dando con ello la posibilidad de plantear las mejores estrategias para su conservación y en algunos casos para su manejo.


c-Mantenimiento de una red coordinada de trabajo multidisciplinario que involucre a centros de investigación, instituciones educativas de nivel superior, dependencias ambientales privadas y de gobierno, y así como a las mismas comunidades. Para que en este marco de trabajo se identifiquen las problemáticas de cada sitio y caso en particular, y se fijen las metas y alcances en plazos de tiempo que sean acordes a la necesidad de cubrir ese hueco en el conocimiento de la herpetofauna estatal. Motivado ello, desde un esquema científico y metodológico pero también humano y sensible a la realidad social y ambiental contemporánea que vive hoy en día Guanajuato.

 

Cuadro 3. Se muestra la lista de especies para las 10 localidades que integran la información más actualizada y representativa para la herpetofuana del estado. Las localidades se representan con un valor numérico: 1= Sierra Santa Rosa, 2 = Sierra Gorda, 3 = Laguna de Yuriria, 4= Cerro El Culiacán-Gavia, 5 = Palo Huérfano, 6 = Adjuntas-Salamanca, 7 = Cerro de Arandas, 8 = Lago Cráter, 9 = Cerro Amoles, y 10 = El Copal. Los nombres de los autores de los 10 trabajos de los cuales se tomaron los datos de los listados herpetofaunísticos, se representan con letras: A = Mendoza-Quijano et al. (2001), B = Campos-Rodríguez et al. (2009), C = Sánchez-Luna y Reynoso (2012), D = Arenas-Monroy (2012), E = Carmona-Torres y Escudero-Hernández (2012), F = Berlín-Diosdado et al. (2012), G = Uriarte-Garzón (2012), y H = De la Cruz y Leyte-Manrique (2013). Las localidades y autores se ordenaron, según el año de la publicación y en orden ascendente (de 2001 a 2013). Cabe mencionar que algunos de los nombre se rectificaron y actualizaron conforme a la propuesta taxonómica de Flores-Villela y Canseco-Márquez (2004) Nuevas especies y cambios taxonómicos para la herpetofauna de México. Se representa a Flores-Villela y Canseco-Márquez, y a Liner (2007) con las letras AA y BB, respectivamente. NOTA: Estatus según la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010: A = Amenazada, Pr = Protección especial, P = Peligro de extinción, Nc = No considerada, y sd = sin datos. Distribución (endemismo): e = endémica, ne = no endémica. * = Sinonimias y cambios, las letras corresponden al autor, y el nombre de la especie aparece en primera instancia como la identifico en su trabajo; así mismo, después del signo = se maneja el nombre actualizado de las especies. BOllotis nebulifer = Incilius nebulifer; BChaunus marinus = Rhinella marina; C, FLithobates megapoda = AAL. trilobata; AL. montezuma = E, HL. montezumae; ASpea multiplicatus = D, F, HS. multiplicata; ABarisia imbricata ciliaris = E, HBarisia imbricata; APhrynosoma orbiculare orbiculare = HP. orbiculare; ASceloporus microlepidotus = HS. grammicus; E ,FS. jarrovi = AAS. minor; AS. scalaris scalaris = FS. scalaris; AEumeces lynxe lynxe = HPlestiodon lynxe; ACnemidophorus septemvittatus = AAAspidoscelis septemvittatus = BBAspidocelis gularis septemvittatus; BMasticophis flagellum = Coluber flagellum; D, G Masticophis mentovarius = F, H, Coluber mentovarius.


Ante este marco, sólo queda comentar que el presente trabajo expone en términos generales una sinopsis del desarrollo histórico de la herpetología en Guanajuato, así como de los estudios que han sido dirigidos al conocimiento de los anfibios y reptiles en los últimos años. Manifestándose un marcado interés en los listados herpetofaunísticos, mismos que han ido incrementando de manera paulatina pero firme. Permitiendo con ello un mayor conocimiento y representatividad de los herpetozoos a una escala tanto estatal como nacional. Por lo tanto, es imperativo que se continúe con el reconocimiento de la herpetofauna estatal dada su importancia como elemento esencial de la biodiversidad.

 

AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecemos a los revisores anónimos que con sus comentarios enriquecieron la calidad del presente manuscrito. Así como a los autores de los 10 trabajos referidos, dada su contribución en el conocimiento de la herpetofauna del estado de Guanajuato.

LITERATURA CITADA
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